Kive Staiff (administrador)

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KIVE STAIFF nació en la provincia de Entre Ríos en 1929. Fue director periodístico y crítico teatral del diario La Opinión, y de las revistas Confirmado y Análisis.

Ejerció la docencia como catedrático en “Cine y Teatro” en el Instituto Nacional de Cinematografía, y como profesor invitado en la Universidad Estatal de Puerto Rico.

Es autor de varios ensayos: El teatro de August Strindberg publicado por la Editorial Nueva Visión, en 1966, El teatro de Armando Discépolo, por la misma editorial, en 1968, y Tadeusz Kantor y el teatro de la muerte en Ediciones de la Flor, en 1984.

Fue Director general y artístico del Teatro San Martín de Buenos Aires entre 19711973, y 19761989. En 1990, se desempeñó como Director del Departamento de Artes de la Representación en la Fundación Banco Patricios. En 1991 fue nombrado Director General de Asuntos Culturales del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la Argentina, con rango de embajador.

Como productor teatral independiente tuvo a su cargo obras del porte de: Final de partida de Samuel Beckett, La dama boba de Lope de Vega y El zoo de cristal de Tennessee Williams.

En 1996 asumió el cargo de Director General del Teatro Colón de Buenos Aires. Y en 1998 volvió como Director General y Artístico del Teatro San Martín y del Complejo Teatral de Buenos Aires, cargo que ocupó hasta el 2011.

Ha sido distinguido por el gobierno de Francia como Officier de L’Ordre des Arts et des Lettres, en reconocimiento por su compromiso con la cultura y las artes.

 

LOS CHISMES DE LAS MUJERES

Diego Kehrig: ¿Qué cargo ocupó en la Compañía?

Kive Staiff: Fui el administrador. Participé en la primera: Los chismes de las mujeres. Y esa temporada la del 57-58, creo a la distancia, fue la mejor.

D.K.:¿Cómo fue que le llegó la propuesta?

K.S.: El padre de Madanes tenía una fábrica. Y yo estaba como ayudante de contador.

D.K.: O sea que Caminito fue su debut teatral.

K.S.: Así es. En ese entonces, me acuerdo, me faltaban algunas materias para recibirme de contador.

 

PRODUCCIONES

D.K.: Madanes no era del barrio, y montaba obras de Molière, Goldoni, Shakespeare. Para muchos de vecinos de La Boca, tal vez era la primera vez que oían esos textos.

K.S.: La gente apoyó de entrada. Fue una enorme movilización para el barrio. El público venía por multitudes. Era extraordinario. Los vecinos participaban. Fue un gran orgullo.

D.K.: ¿Qué sistema de producción utilizaban?

K.S: Era una cooperativa.

D.K.: Y llegado el invierno pasaron al Teatro Lasalle.

K.S.: Sí. Se hizo Clerambard con Santiago Gómez Cou.

D.K.: Y estaba Jorge Luz también.

K.S: Estaba Jorge. Sí, de eso me acuerdo. Y hasta ahí llegó mi vinculación. De ahí me fui al periodismo, ahí empecé en el Correo de la tarde.

D.K.: Entiendo que había un arquitecto de apellido Linares que pertenecía al círculo de trabajo de Madanes.

K.S: Era el secretario de Cultura de la Municipalidad de Buenos Aires.

D.K.: ¿La figura que tiene Lombardi hoy día? ¿Algo así?

K.S: Efectivamente, en ese lugar. No era Ministro, pero era Secretario de Cultura.

D.K.: En Los chismes de las mujeres había veintidós actores en escena. Eso debía tener costos muy altos de producción.

K.S.: Un proyecto así requiere mucho apoyo estatal. Un empresario privado, raramente, se embarque solo en un proyecto así.

D.K.: ¿Madanes conseguía los auspicios?

K.S.: Sí, totalmente. Él se movía. Cecilio era un tipo muy entrador, muy simpático. Madanes logró una mixtura muy interesante. Consiguió los créditos que otorgaba el Fondo Nacional de las Artes, luego el auspicio de la Municipalidad, y sumó el aporte de empresas privadas como Fiat, Siam, Banco Italiano, Fate, Alitalia…

 

LA BOCA

D.K.: ¿Hoy día qué público asiste al teatro de la Rivera?

K.S.: Es interesante el tema. Hubo un cambio social en La Boca. Un proceso durante todos estos años. Los herederos de la vieja tradición inmigrante, fundamentalmente italiana, se fueron de La Boca.

D.K.: Dejaron el barrio.

K.S.: Y se ha recibido una nueva inmigración de nuestros países limítrofes: Bolivia, Paraguay, Perú. Si tomamos nota de una encuesta que se hizo en La Boca hace un par de años, vemos que hay muchas viviendas deshabitadas, muchas están tomadas por ocupas. Y porqué no decirlo, hay un problema cultural trasmisible por generaciones. No necesariamente hay que estar alfabetizado para tener pasión por el teatro.

Cuesta enormemente convocar público hoy día. Es muy difícil advertir que hay en la platea del Teatro de la Rivera gente del barrio, salvo en la función para niños de sábados y domingos. Una señora que viene de Perú o viene de Bolivia que viene con sus chiquitos a ver el espectáculo. Pero, no hay otro tipo de adhesión del barrio.

D.K.: ¿Y a qué se debe?

K.S.:Se debe a que hay historias culturales diferentes.

D.K.:No se tiene el hábito.

K.S.: Sencillamente, son modos de vida totalmente diferentes. Hemos probado adelantando todo lo posible los horarios. Los domingos hacemos funciones a las 12.30 hs, pero es una convocatoria más que nada para el turismo que funciona ahí, no para el habitante de La Boca.

Llegamos a acuerdos con la comisión de Cultura del Club Boca Juniors, diciéndoles: “Pueden disponer de entradas al 50% de su valor”. Que es una entrada muy barata., pero no pasa nada.

D.K.: ¿Qué repercusión de público cree que habría si se volviese a realizar el Teatro Caminito?

K.S: Habría que hacer un gran trabajo previo. Una investigación sociológica para lograr tener nuevamente una relación amistosa con el habitante del barrio. Empezando por hablar, por comunicarse. Y está el miedo. Hoy en día a las 8 de la noche el barrio de La Boca está cerrado.

D.K.: En aquellos años, el escenario quedaba montado durante todo el verano, pero no hubo ningún robo de equipos de sonido, ni de luz.

K.S.: Efectivamente. Existía una relación excelente entre los vecinos y el Teatro. Los actores hacían algunas escenas desde los balcones, y los vecinos les abrían la puerta de sus casas. Habría que reconstruir aquella relación.