Nombre del espectáculo: HISTORIA DE UN SOLDADO
Fecha de estreno: 13 Marzo 2015
REPARTO
Narrador: Pompeyo Audivert
Músicos:
Federico Landaburu: Clarinete
Ezequiel Fainguersch: Fagot
Osvaldo Lacunza: Trompeta
Axel Juárez: Trombón
Bruno Lo Bianco: Percusión
Daniel Robuschi: Violín
Contrabajo: Carlos Vega
Bailarines:
Paula Almirón
Ramiro Cortez
Juan González
Música original: Igor Stravinsky
Texto: Charles Ferdinand Ramuz
Traducción: Beatriz Sarlo
Coreografía: Edgardo Mercado
Iluminación: Facundo Estol
Vestuario y Escenografía: Minou Maguna
Producción: Fundación Proa y Complejo Teatral de Buenos Aires
DIRECCIÓN ESCÉNICA
Martín Bauer
DIRECCIÓN MUSICAL
Santiago Santero
SALA AL AIRE LIBRE
Explanada de la Fundación Proa
Av. Pedro de Mendoza 1929, La Boca
LA OBRA
La Historia de un Soldado, célebre pieza escrita por Igor Stravinsky en 1917, es una pionera absoluta en el género del Teatro Musical, y posee varias características comunes con las obras montadas por Madanes: por un lado, se trata de una obra de raíz e impulso popular, pero portadora de un lenguaje sofisticado; por otro, su orgánico fue pensado compacto, para permitir salir de gira, lo que también se emparenta con el espíritu callejero del Teatro Caminito.
El compositor convocó sólo a dos instrumentos por familia (violín y contrabajo, trompeta y trombón, clarinete y fagot, además de percusión), obteniendo todos los colores de la orquesta en un formato pequeño y móvil.
Se trata de una obra de cámara que incluye narradores y bailarines, basada sobre un cuento popular ruso que cuenta el infortunio de un hombre que vende su violín al diablo a cambio de un libro que predice el futuro. A pedido de Stravinsky, el escritor suizo Charles Ferdinand Ramuz, escribió un libreto moralizante.
Historia de un soldado, una obra para ser “leída, tocada y bailada”, se convirtió en un fuerte alegato contra la guerra por un lado, y en uno de los puntos culminantes de su lenguaje musical más puramente ruso, caracterizado por la apropiación de melodías y motivos folclóricos, coloridas orquestaciones, y un fuerte uso de la polirritmia y la politonalidad.
ENSAYOS
Fotografías: Néstor Barbitta
EN ESCENA
PRENSA
La Nación
MÁS QUE UNA TRADUCCIÓN, LAS RIMAS DE SARLO PARA LA HISTORIA DE UN SOLDADO SUENAN A REESCRITURA
ESTRENO. Desde hoy, la pieza de Stravinsky se presenta en el Teatro Caminito en nueva versión
Sobre «La historia de un soldado», Igor Stravinsky dejó una explicación bastante precisa en las conversaciones con Robert Craft, su asistente y confidente. La idea del compositor ruso era escribir un espectáculo dramático para théâtre ambulant, es decir, una pieza que permitiera representaciones en distintos pueblitos de Suiza sin grandes demandas escenográficas y con una trama de contornos nítidos y comprensión rápida.
La economía necesaria para el Soldado obligó a Stravinsky a acomodar las ideas musicales a un puñado de instrumentos. «La elección de los instrumentos fue influida por un acontecimiento muy importante de esa época, el descubrimiento del jazz», explica el compositor. «El ensamble se parece bastante a una banda de jazz en cada una de sus secciones.»
No menos importante fue el libreto de Charles Ferdinand Ramuz, escrito sobre un relato de tema fáustico de Aleksandr Afanasiev. Es un libreto escrito en rima, y esa misma rigidez, la de la rima en francés, es la que permite la apertura del texto: dado que conviene que «La historia del soldado» se represente en el idioma del lugar que corresponda (a la manera de las partes habladas del singspiel o la opereta vienesa) se vuelve también «ambulante», cambia de lengua en lengua.
La versión de esta obra de cámara -incluye narradores y bailarines- que se presentará a partir de hoy, en el marco de la reapertura del Teatro Caminito, con dirección musical de Santiago Santero, fue traducida por Beatriz Sarlo, aunque sería mejor hablar de reescritura, un poco en el sentido en que entendía la reescritura Leónidas Lamborghini.
Por caso, solamente el principio. «Entre Denges et Denezy/ Un soldat qui rentre chez lui…/Quinze jours de congé qu’il a./ Marche depuis long temps déjà», escribe Ramuz. Esos cuatro versos quedan transfigura dos en la versión de Sarlo de la siguiente manera: «Por sendas, huellas y trazas/un soldado vuelve a casa…/Con quince días de franco/ Va avanzando a grandes trancos».
Como la propia Sarlo contó más de una vez, la rima, ya desde la infancia, se le dio fácil. Ella prefiere no definir en modo alguno a esas incursiones, a esos versos de ocasión, como poesía, aunque, todo hay que decirlo, tampoco debería pensar se que sea una simple «rimadora». Esto lo sabe cualquiera que haya escuchado los limericks (esa forma inglesa del nonsense) que escribió para la pieza «V.O.»
Pero la invención de una rima nueva es también una manipulación del sentido. Aquí Sarlo acierta siempre y, en cierto modo, con un ligerísimo aire gauchesco, mejora a Ramuz. Otro ejemplo, que no necesita ya de la confrontación con el original francés: «¿Dónde se fueron las cosas?/ Las cosas de verdad./ ya no las tengo y en las otras/ descubro falsedad».
Goethe solía decir que había descubierto de nuevo sus libros en las traducciones al francés; esto valía tanto para Werther como para la primera parte de su Fausto, que tradujo Nerval. Sintió que era como si los leyera por primera vez. «La historia del soldado» tiene una larga historia de representaciones en Buenos Aires. Esta versión de Sarlo nos convence de esa misma ilusión que se adueñó de Goethe.
Pablo Gianera
Inrockuptibles
Febrero 2015
A CIELO ABIERTO
La pieza Historia de un soldado engalana la reapertura del Teatro Caminito, con obras gratis y al aire libre.
Frente a la baja frecuencia de obras de teatro al aire libre, la reapertura del Teatro Caminito fue un notición: en pleno verano porteño emergió este espacio apadrinado por el Complejo Teatral de la Ciudad y la Fundación Proa, donde se empezaron a programar espectáculos de alta factura, gratis y a cielo abierto. Se trata además un lugar con toda una tradición de tablas.
Fue creado en 1957 por el mítico director Cecilio Madanes (formado en Europa, donde compartía copas y proyectos con Jean Cocteau, Vittorio Gassman y María Félix; en Buenos Aires llegó a dirigir el Teatro Colón), y durante sus quince años de existencia se consolidó como un enclave no solo de las artes escénicas, sino también de la plástica y las letras. Todo en comunión con los vecinos del barrio de La Boca, que acudían con sus lonitas y espirales para ver las funciones.
En esta nueva edición, la dirección artística del teatro apostado en la cortada más colorida de Buenos Aires está cargo del gestor cultural y compositor Martín Bauer, quien, además, es el director de la segunda pieza que se estrena ahí.
Nada menos que «Historia de un soldado», de Igor Stravinsky, un verdadero clásico de este compositor ruso tan influyente como cosmopolita. La pieza de teatro musical es de 1917 y pertenece a su primera etapa, la más rusa de todas, apenas años después de sus históricas composiciones para los ballets rusos Petrushka (1911) y el polémico y extraordinario «Consagración de la primavera» (1913).
Bauer recuerda haber visto por primera vez «Historia de un soldado» en Buenos Aires hace muchos años, con dirección de Gerardo Gandini; luego, hizo su propia versión en 2008, en el Festival de Música Contemporánea, y recién ahora logra su objetivo de montarla al aire libre, tal como originalmente la pensó Stravinsky.
La obra, de inspiración faustiana, está basada en un cuento popular en el que se narra el infortunio de un hombre que vende su violín al diablo a cambio de un libro que predice el futuro. Obviamente, todo sale mal, y el pobre soldado termina en manos del temible señor de traje rojo. Es una pieza sencilla en cuanto a la orquestación y desarrollo argumental, a causa del particular momento histórico en que fue concebida. Su estreno tuvo lugar a fines de la Segunda Guerra Mundial, y su pequeño formato fue de calle o carromato, es decir, pensado para hacer giras sin complicaciones. Solo dos instrumentos de cada familia -cuerdas, maderas, metales y percusión- en una partitura ágil y flexible. Pese a tener una complejidad musical enorme, no suena así para quien la escucha.
En esta «Historia de un soldado», los tres personajes -el narrador, el soldado y el diablo -son interpretados por el genio de las tablas Pompeyo Audivert. Edgardo Mercado hizo las coreografías, y la traducción del texto en francés fue de Beatriz Sarlo. En un espacio escénico con aires constructivistas, Stravinsky llega al Riachuelo.
Mercedes Halfon
HISTORIA DE UN SOLDADO
De Igor Stravinsky Dirección de Martín Bauer Con Pompeyo Audivert Viernes, sábados y domingos a las 18 en Teatro Caminito, Aráoz de Lamadrid y Caminito. Desde el viernes 13 al domingo 29.

Igor Stravinsky